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lunes, 11 de enero de 2010

Potes, un lugar para ganar el jubileo


Vamos a dedicar un espacio esta vez al municipio de Cantabria de Potes.
L a villa de Potes es el centro geográfico y social del Valle de Liébana. Ocupa el punto donde confluyen los ríos Deva y Quiviesa.
La villa es rica en historia, sus orígenes datan documentalmente del siglo IX. Estuvo vinculada a las casas nobles del Marqués de Santillana y a la del Infantado.
Un buen itinerario para conocer Potes, es comenzando desde la propia oficina de turismo. Justo enfrente hay dos iglesias. La más interesante de las dos es la de estilo gótico conocida como Iglesia Vieja de San Vicente, construida en el siglo XIV. Hoy en día la iglesia no se dedica al culto, sino que alberga el Centro de estudios Lebaniegos.
Frente a la iglesia se encuentra el parque de Jesús de Monasterio, un violinista nacido en la villa.
Bajando por la calle Independencia, se llega a la Torre del Infantado. Perteneció a la casa del Orejón de la Lama. Posteriormente paso a manos del Marqués de Santillana y del Duque del Infantado. Más tarde fue cárcel y ayuntamiento.
Atravesando el puente de la cárcel, desde donde se ven cuatro de los cinco puentes que existen en la villa.
Subiendo por los soportales, dejamos a la izquierda el convento de San Raimundo y las casonas blasonadas. Siguiendo por la calle Obispo veremos casas solariegas o la Torre de Linares.
Descendiendo hacia el río encontramos el conjunto medieval formado por la capilla, casonas, molinos y puente de San Cayetano.
Tras pasar San Cayetano, observamos la Torre Medieval del Orejón de la Lama, y el típico barrio del Sol.
A tres kilómetros de Potes se encuentra el Monasterio de Santo Toribio de Liébana, que acoge le Lignum Crucis, con el trozo más grande la cruz de Cristo. Se trata de uno de los cuatro lugares donde ganar el jubileo, junto con Roma, Jerusalén y Santiago de Compostela.

martes, 15 de septiembre de 2009

Fin de semana en Santander


Despues de mucho tiempo sin salir de fin de semana, por fin este pasado weekend nos hemos escapado a la vecina Cantabria.
Como casi siempre me pasa al buscar hotel Santander, los precios de la capital cantabra son bastante altos, con lo cual terminamos pernoctando en la cercana localidad de Queveda. Concretamente nos hospedamos en una posada rural que ya conocíamos: Peredo y Villa.
La verdad es que ultimamente cuando busco un hotel para pasar unos días, me centro siempre en hoteles 4 estrellas, por dos razones principalmente.
La primera y quizás sorprendente, es el precio, ya que hoy en día observo pocas diferencias económicas entre un hotel de 2 o 4 estrellas y uno de 4, aunque no es una regla escrita, claro está. La segunda es que generalmente los hoteles de 4 estrellas, ofrecen algo más que los 2 o 3 o que otro tipo de alojamientos de otra características, como hoteles o posadas rurales o apartamentos de alquiler.
La posada estuvo muy bien, ya que además de un precio razonable (las 20 habitaciones estaban llenas), ofrecen a partir de este año servicio de cenas. Las cenas al viajra con niños son un complemento ideal al establecimiento. Prueba de ello, es que un alto porcentaje de los huéspedes eran familias con niños.
En cuanto al tiempo, lo habitual del norte peninsular: unos días frío y lluvia y al siguiente sol y calor.
Hubo otro hotel que me llamó la atención esta vez: el Silken Río Santander. Y más en concreto su restaurante con magníficas vistas a la playa del Sardinero. Además está excelentemente situado, junto al Sardinero y al Casino de Santander.