Saint Malo: ¿Isla o Península?

Esta curiosa ciudad de la costa bretona francesa, es precisamente eso curiosa, es isla si la marea es alta y península si es baja.
Con sus raíces celtas, lo mas destacado de su pasado es su carácter aguerrido y su historia bucanera. Precisamente la duquesa Ana de Bretaña mandó construir en el siglo XV un castillo en el que imposible que nadie penetrara. Coronó el castillo con una gran torre, que la leyenda dice que no era para proteger a la ciudad de los enemigos, sino de los propios lugareños, altivos y peligrosos hasta decir basta.
Obviamente los lugareños se opusieron a la construccion de una torre para vigilarlos. Años después la jugada se le volvió en contra a la duquesa, ya que se produjo un feroz motín que proclamo a Saint Malo república independiente.
Es una de las poblaciones más concurridas del noroeste del país, en verano pasa de 50000 habitantes a 200000.
La famosa torre duró hasta la Segunda Guerra Mundial, en la que los alemanes destruyeron el 80% de la villa. Del desastre no queda hoy nada, ya que sus habitantes se encargaron de dejar la ciudad de nuevo como en su día fue.
Ya dentro del casco medieval de la ciudad nos encontramos con la Catedral de Saint-Vicent, donde está enterrado el descubridor de Canadá: Jacques Cartier.
Si el tiempo lo permite, se puede degustar el famoso menú bretón: galette salada, crepe dulce y sidra de la región, en alguna de las terrazas de la ciudad. O simplemente pasar por alguna de las rutas que marcan sus murallas.
Para llegar a Saint Malo, hay vuelos de Madrid a Brennes,capital de la bretaña, con Air Nostrum.